Por Eva Murua @eba_murua | Socia de la @APEspain y alumna Máster en Primatologia Universitat de Girona · Fundació Mona, promoción 2015-17
En las remotas áreas montañosas situadas entre el centro y este de China, el noroeste de Vietnam y el noreste de Birmania, habita un singular primate perteneciente al género Rhinopithecus, a cuyo estudio e investigación se dedica desde hace veinte años el Doctor Baoping Ren de la Academia China de Ciencias, a quien tuvimos la suerte de entrevistar en Beijing.
¿Cómo llegó al mundo de la primatología?
Me dedico al estudio de Rhinopithecus desde 1996. En realidad fue mi director de Máster en Taxonomía y Ecología Animal en la Northwest University de Xi´an –en la provincia de Shaanxi- quien me sugirió la idea de dirigir mis investigaciones hacia los primates en la naturaleza. En principio escogí Rhinopithecus roxellana como objeto de estudio ya que por aquel entonces varios investigadores de esa universidad habían localizado y conocían la distribución de varios grupos en las montañas Qinling en la provincia de Sichuan. Pero para cuando me incorporé a su laboratorio resultó que ya habían abandonado las investigaciones, por lo que únicamente quedé yo al frente de las mismas. Al finalizar mi Doctorado en Primatología y Ecología del Comportamiento en la Beijing Normal University en 2004, comencé a trabajar en el Instituto de Zoología de la Academia China de Ciencias, hasta ahora.
A lo largo de estos años ha publicado un gran número de artículos relativos a la ecología de estos primates, una labor investigadora que ha compaginado con el trabajo de campo en las montañas de Sichuan y Yunnan.
Efectivamente, como te decía, en 1996 empecé a rastrear y estudiar el hábitat y distribución espacial de Rhinopithecus roxellana, primero en las montañas Qinling y más tarde en la Reserva Natural de Zhouzhi, en la provincia de Sichuan. En 2002 inicié la investigación sobre Rhinopithecus bieti, por lo que trasladé mi trabajo de campo a la provincia de Yunnan como investigador principal en un estudio a largo plazo sobre la ecología y conservación de estos langures, primero en el Parque Nacional de Laojunshan y posteriormente en Gehuaqing y Xiangguqing en la Reserva Natural de Baimaxueshan. Además, en 2012 participé en un estudio conductual sobre el recién descubierto Rhinopithecus strykeri en Pianma, también en Yunnan.
Dado el hábitat y las áreas de distribución que ocupa, el seguimiento no debe de ser fácil. ¿Cómo describiría el trabajo de campo en Rhinopithecus?
El investigador que pretende desarrollar un trabajo de campo con estos langures debe hacer frente a diversas dificultades: estos primates habitan en áreas montañosas remotas de difícil acceso, a 2000 ó 4000 metros de altitud, bajo duras condiciones atmosféricas, en el interior de densos bosques tropicales o de coníferas llenos de obstáculos en los que ocultarse de la presencia humana. Si se consigue localizar un grupo, lo cual puede llevar mucho tiempo, el modo más eficaz para realizar un seguimiento es mediante la colocación de un collar inalámbrico, para lo cual se requiere un permiso gubernamental especial al tratarse de una especie protegida de primer orden. Naturalmente, y dado que se trata de animales salvajes de gran peso, es necesario un grupo de ayudantes capaces de atrapar un individuo y colocarle el collar sin infringir ningún daño. Si se tiene éxito, el siguiente paso es el establecimiento de una vía y un puesto de vigilancia que permitan calcular diariamente por telemetría la posición geográfica del grupo, hasta que el collar se apaga y hay que empezar de nuevo. No obstante, pese a los esfuerzos y el tiempo invertido, no es extraño que ni siquiera se alcance a ver langures en la naturaleza. El trabajo de campo es muy duro y los resultados no siempre los deseados, y ello en el marco de un sistema académico en el que la propia promoción, el reconocimiento social y la obtención de fondos a menudo van asociados al Science Citation Index (SCI).
¿Qué características que hacen peculiares a estos primates destacaría?
El género Rhinopithecus se distribuye a lo largo de China (especies roxellana, bieti, brelichi y strykeri), Vietnam (Rhinopithecus avunculus) y Myanmar (Rhinopithecus strykeri). Todos ellos viven en áreas remotas entre los 3.000 y 4.000 metros de altitud, en bosques montañosos templados o tropicales en los que ocupan extensas superficies. Viven en amplios grupos -en ocasiones hasta 300 individuos en el caso de R.bieti y hasta 600 en el de R.roxellana– con una compleja organización social. Son animales de gran tamaño y hermoso pelaje con características morfológicas extraordinarias. Su peculiar aspecto les hace muy atractivos para el público en general, pero también para una Administración que les ha llevado a la cabeza de las especies protegidas del país, lo cual puede repercutir positivamente en la captación de fondos para su investigación.
Desgraciadamente, el acelerado y continuo declive hizo que todas las especies de Rhinopithecus fueran declaradas ya en los años noventa por International Union for Conservation of Nature (IUCN) en peligro -o en grave peligro- de extinción. En respuesta, el gobierno de China ha intentado revertir la situación mediante medidas de conservación in situ a través de la creación de una amplísima red de Parques y Reservas Naturales –como Shennongjia en la provincia de Hubei, Baimaxueshan en Yunnan, Fanjingshan en Guizhou o Zhouzhi en Shichuan- y la aplicación de una férrea legislación proteccionista, además de distintos programas de reproducción. ¿Podría comentarnos su opinión al respecto?
En efecto, al igual que en otros países a lo largo de los siglos XIX y XX, una sucesión de acontecimientos como el incremento de la población humana, la demanda de energía, deforestación o la expansión de los cultivos, pusieron en peligro la supervivencia de estos y otros primates. Y pese a que mi campo de actuación no es específicamente el de la conservación, sí puedo afirmar que actualmente en China todas y cada una de las especies de primates están firmemente protegidas por la ley, lo cual no impide que la deforestación, desaparición y fragmentación del hábitat, así como la caza furtiva sigan siendo la principal amenaza para su supervivencia.
Respecto a la primatología en general en China, el estudio sistemático de la gran diversidad de especies de primates que alberga el país comenzó a mediados del siglo XIX con la descripción del Macaco de Taiwan (Macaca cyclopis, Swinhoe 1863), seguido por otros muchos estudios taxonómicos de langures, gibones y otros macacos. No fue hasta mediados del XX cuando la primatología en este país empezó a despuntar, con el desarrollo de la etología, ecología, genética, neurociencias o conservación aplicadas a esta disciplina.
Cierto, pero pese a ello el concepto de primatología está poco arraigado en China, si bien existe un interés creciente entre los científicos más jóvenes por esta disciplina. No obstante, y en mi opinión, desgraciadamente el futuro no se presenta muy prometedor debido a las dificultades laborales que sufren en este campo los recién graduados y, a lo que yo considero, una progresiva pérdida de entusiasmo e interés entre los investigadores ya asentados.
Hablamos de cerca de 25 especies actuales –cuarenta especies fósiles- pertenecientes a ocho géneros (Nycticebus, Macaca, Rhinopithecus, Trachypithecus, Hoolock, Semnopithecus, Hylobates y Nomascus), distribuidas a lo largo del centro, sur y parte oriental del país. Una riqueza faunística que sin duda ha cautivado a investigadores procedentes de otros países.
Así es, China alberga una gran variedad de especies que han atraído la atención e interés de primatólogos extranjeros, si bien han sido pocos los que han viajado al país para estudiarlos in situ. La cooperación internacional en el ámbito primatológico es reciente pero también complicada, ya que desarrollar una investigación sistemática y a largo plazo no sólo resulta una ardua tarea para los investigadores nacionales sino también para los foráneos debido a razones de diversa índole: políticas, financieras e incluso personales. No obstante, bajo mi punto de vista, el conocimiento que tenemos sobre cada una de estas especies es incompleto e insuficiente, por lo que todavía queda mucho por investigar.
Ha sido profesor visitante en la Universidad de Zürich y actualmente realiza una estancia por un año en la Universidad de Illinois. ¿Encuentra diferencias entre el mundo académico europeo o estadounidense y el de China?
Bajo mi punto de vista, las posibles diferencias derivan del propio hecho de tratarse de sistemas y políticas gubernamentales distintas. No obstante, lo cierto es que los investigadores chinos sufren el hándicap del inglés, idioma habitual en documentos e informes pero cuyo uso en China realmente no está tan extendido como cabría esperar. Desgraciadamente, muchos de ellos son desconocidos por publicar en chino y no en inglés.
Por último, ¿podría recomendarnos un libro sobre primatología en China?
Actualmente, entre los científicos e investigadores chinos no es habitual la publicación de libros sino de artículos e informes. Por ello, de entre los traducidos al inglés los que puedo citar fueron escritos hace ya unos años como por ejemplo Biology in leaf-eating monkeys de Ye Zhizhang (1993), Research on the golden monkeys de Quan Guoqiang y Xie Jiahua (2002) o Progress on snub-nosed monkeys de Chen Fuguan (1989).
Muchas gracias, Dr. Baoping Ren, ha sido un placer hablar con usted.