por Núria Freixes y Joana Durán, socias de la @APEspain, alumnas del Máster de Primatología de la Universidad de Girona y Fundació Mona (promoción 2015-2017).
Alejandra Pascual-Garrido es una primatóloga y conservacionista argentina-española. Hizo un postdoctorado en Primate Archaeology en la Universidad de Oxford. Obtuvo su doctorado cum laude en España por su trabajo sobre la socioecología y el uso de herramientas de los chimpancés de Nigeria. También tiene un máster en Investigación de Ciencias Biológicas (Reino Unido) y en Periodismo Científico (Argentina). Actualmente se encuentra completando su Leverhulme Trust Early Career Research Fellowship en la Universidad de Oxford estudiando herramientas de plantas manufacturadas y usadas por chimpancés en el Oeste de Tanzania. Tiene una amplia experiencia en investigación sobre comportamiento y ecología de primates no humanos en libertad en África, Asia y Sudamérica. Su experiencia de campo se extiende a la ecología de poblaciones y a la ecología vegetal. También ha realizado trabajo de laboratorio sobre biología molecular.
¿Siempre has querido ser primatóloga? ¿Qué es lo que te llevó a dedicarte a ello?
Siempre quise estudiar animales. De pequeña quería ser veterinaria, porque quería estar siempre en contacto con animales. Luego me di cuenta de que quería ampliar un poco mas mi trabajo: quería poder estudiar distintos tipos de animales, en sus hábitats. Entonces se me ocurrió que biología era la carrera para mi, sobretodo porque yo quería hacer investigación. Hice mi carrera de biología en Argentina. Cuando terminé la carrera me fui a Inglaterra a completar un máster en investigación en Ciencias Biológicas focalizado en conservación. Fue allí que surgió la posibilidad de realizar un voluntariado para asistir a un estudiante de doctorado trabajando con monos babuinos en África. Yo acababa de terminar el máster y quería tener experiencia, y más en África, así que me pareció perfecto para mí. Eso fue lo que me llevó a trabajar por primera vez con primates. Ahí arranque en la primatologia, y ya nunca más deje los primates.
Así que siempre quise estudiar el comportamiento animal, y me interesaban todas las especies, pero la carrera me fue llevando a la primatología y es a lo que me he dedicado durante los últimos 15 años.
¿Nos podrías resumir tu trayectoria profesional hasta la actualidad?
Cuando terminé el voluntariado con babuinos en Nigeria, donde estudiamos la selección sexual por medio de la coloración, decidí que quería hacer un doctorado en primatología y dedicarme a esto el resto de mi vida. Empecé el doctorado en la Universidad Complutense de Madrid, gracias al Profesor Fernando Colmenares, quien me abrió las puertas y me apoyó para poder continuar mis estudios allí. Mientras realizaba mis estudios, surgió la posibilidad de completar un proyecto en la Amazonia Peruana con monos tamarinos, un proyecto que me llevó por primera vez a las selvas de Amazonia y que reforzó mi determinación a dedicarme a la primatología.
Cuando uno tiene una oportunidad que piensa que es para uno hay que tomarla, y normalmente esa oportunidad lleva a otras. Después de trabajar con los tamarinos en Perú, la misma gente con la que yo había estado trabajando en Nigeria, me comunicaron que estaban buscando a un candidato para hacer un doctorado con chimpancés de Nigeria, el lugar donde yo había estado estudiando los monos babuinos, y debido a mi previa experiencia allí, tendría altas posibilidades de ser elegida. Y así fue. Empecé a realizar mi tesis Doctoral con la Universidad Complutense de Madrid y University College London, que es la universidad de Londres que tiene este site en Nigeria, y así empecé con mi doctorado en chimpancés. Al terminar apliqué a un postdoctorado en Oxford donde buscaban un candidato con muchas de mis cualidades y experiencias, y quedé seleccionada. Esto me llevó a trabajar con capuchinos en Brasil, monos en Tailandia y chimpancés en Tanzania. Después de eso, comencé mi Fellowship en la Universidad de Oxford durante 3 anos, que estoy completando ahora, estudiando chimpancés en Tanzania.
Si tuvieras que destacar algún hito de tu carrera como primatóloga, ¿cuál sería?
El estudio de los babuinos fue para mí una experiencia difícil, porque tuve que ir a la selva en época de lluvias y fue en condiciones muy precarias. No teníamos nada, estábamos viviendo en medio de la selva, no teníamos luz, teníamos que ir a bañarnos al rio… Fueron 6 meses complicados, pero me di cuenta de que tenía el aguante y la dedicación para ser primatóloga en la selva, que no es lo mismo que ser primatóloga en un zoológico. Uno muchas veces idealiza al primatólogo cuando ve documentales, pero hasta que uno no tiene la experiencia en el campo no sabe realmente si tiene madera para serlo o no. Y realmente fue eso lo que a mí me indicó que yo lo que quería era trabajar con primates en condiciones salvajes. ¡Fue un antes y un después!
¿Cuál es el mayor sacrificio que has tenido que hacer para llegar donde estás?
El sacrificio que uno hace con este trabajo es estar alejado y viviendo en condiciones remotas, sin contacto con los seres queridos. Uno tiene que estar muchas veces pasando situaciones que no son fáciles y no tiene contacto con su familia, con sus amigos…Normalmente uno esta varios meses fuera y después vuelve, analiza los datos, escribe las publicaciones y después vuelve ahí a buscar más datos. Por lo general los primatólogos van varios meses al campo, porque es mucho sacrificio, necesitas permisos, es difícil llegar, tienes que coordinarte con tus asistentes de campo… Entonces el mayor sacrificio es saber que uno deja de lado la vida que tiene para durante 6 meses estar focalizado solamente en primates, porque no hay mucho más que hacer o que pensar cuando uno está en el campo. Trae muchas satisfacciones también, pero sí, es sacrificado.
Como bien dices ser primatóloga también aporta muchas satisfacciones. ¿Qué es lo que más valoras de tu trabajo?
Lo que uno valora es la posibilidad de estar trabajando con primates en sus hábitats, viviendo con ellos en el día a día, aprendiendo, investigando, haciendo preguntas que uno puede contestar por medio de los datos que recoge… Y es una vida muy especial, que no es para todos, pero que tiene también muchas satisfacciones. Las satisfacciones pueden ser diarias, como ir al grupo y ver un comportamiento que estabas esperando ver. También muchas veces estás viviendo con gente que trabaja en tu ambiente y que es súper interesante, y tienes la posibilidad de interaccionar con ellos, que también te enriquece mucho. O conocer lugares. Yo tuve la posibilidad de conocer muchísimos lugares del mundo estudiando primates.
Es un trabajo muy gratificante, con cualquier especie. Y cuando uno se hace preguntas, va al campo, recoge los datos y luego contesta esas preguntas también es gratificante. Uno va creciendo en la carrera. Yo cuando empecé era muy joven, pero cuando uno está determinado y tiene un objetivo se logra, no se queda en el camino.
¿Qué aconsejarías a alguien que está empezando en el mundo de la primatología?
Nuestros trabajos no son trabajos en los que surjan ofertas todos los días en el mundo. Hubo momentos en mi carrera donde tuve que esperar, porque estaba esperando el doctorado, o esperando una oportunidad, y hacia otras cosas. Hice periodismo, hacía de corresponsal de noticias, y trabajé en distintos trabajos para poder seguir con mi carrera y tener suficiente dinero también. Hay momentos en que uno tiene que hacer otras cosas y no está mal, son experiencias que uno va ganando mientras llega lo que uno quiere. Si uno tiene que hacer otro trabajo mientras tanto lo hace, y eso no significa que su carrera no vaya a continuar. Yo trabajé de varias cosas, hasta que uno llega a una posición en la carrera donde ya no necesita más hacer otros trabajos, hasta que llegas a encontrar algo estable.
Lo que para mí siempre es muy importante es la experiencia en el campo. A la altura en la que estáis de vuestra carrera siempre es muy bueno hacer pasantías o voluntariados para ganar experiencia, porque se puede estar estudiando en la universidad, pero lo que realmente necesitáis para aprender a hacer primatologia es ir al campo. Así que aconsejaría experiencia y seguir intentándolo.
Dínos tres cualidades que consideras necesarias para tener éxito en este campo.
Paciencia, determinación y capacidad de observación. La primera es necesaria, en el estudio de campo, para saber esperar y poder encontrar el grupo de primates. La determinación es la base de esta carrera, porque el trabajo de primatóloga no es fácil, muchas veces se trabaja en condiciones difíciles. La capacidad de observación es importante porque el estudio de campo implica observar todos los detalles, las relaciones entre los individuos y también, en mi caso, observar lo que hacen con las herramientas. Sin capacidad de observación es complicado ser científico.
¿Qué te llevó a especializarte en el uso de herramientas?
En mi doctorado estaba estudiando el chimpancé nigeriano, la subespecie menos conocida y estudiada de chimpancés. La persona que los estudió antes que yo descubrió que hacían herramientas para comer insectos, herramientas hechas de plantas. Él necesitaba a alguien que estudiara todas estas herramientas: habían para coger abejas de los árboles, para abejas que vivían en el suelo, para cazar hormigas, etc. y todas ellas eran diferentes. Sería como nosotros con los cubiertos. Desarrollaron diferentes tipos de herramientas de acuerdo con el tipo de insecto que comían, y este fue el tema que me propusieron. Una vez allí se me ocurrió que, en vez de llevarnos las herramientas, era mejor estudiarlas in situ, igual que la técnica de estudio arqueológico. Yo quiero estudiarlas en el lugar donde se encuentran porque quiero obtener el máximo de información. Así que sin quererlo fui haciendo ≪primate archaeology≫.
Una de mis publicaciones fue uno de los primeros estudios con herramientas in situ, pero con plantas. Cuando terminé el doctorado vi que ofrecían un puesto en Primate archaeology en la University of Oxford y que buscaban a alguien con toda mi experiencia. Como yo había hecho mi proyecto de PhD sobre el comportamiento que hay detrás del uso de herramientas, es decir, como estas se usaban, conseguí el puesto en Oxford.
¿Cómo están relacionadas la arqueología y la primatología?
Yo creo que los primatólogos necesitamos a los arqueólogos y viceversa si queremos comprender y estudiar los orígenes de la tecnología de herramientas. Fueron los primatólogos quienes comenzaron a introducir la arqueología en sus estudios de primatología, mas específicamente en sus estudios de herramientas de piedras usadas por chimpancés en condiciones naturales, y lo hicieron monitoreando los movimientos de las herramientas en zonas de actividad (área donde se rompen nueces, por ejemplo) o a través del estudio de transporte de herramientas. Luego, los arqueólogos comenzaron a estudiar los primates cuando intentaron probar si eran capaces de utilizar la técnica de knapping y a comparar sus resultados con las herramientas de la era Oldowan, por ejemplo.
Esta complementación entre primatología y arqueología comenzó en los ochenta, y se ha ido desarrollando cada vez más. Estudios dentro de primate archaeology intentan responder porque se usan las herramientas en unas condiciones y en otras no, o porque algunas especies usan herramientas y otras no, o aun más, porque algunos grupos de la misma especie usan herramientas y otras no. Cuando uno compara las diferentes especies, y los diferentes grupos de una misma especie viviendo en hábitats diferentes, puede ver lo que hay en común y en lo que se diferencian, y posiblemente identificar las condiciones para que se desarrolle el uso de herramientas.
¿Cómo justificarías la importancia de tu área de estudio a alguien ajeno a la primatología?
Estudiar a los chimpancés, siendo nuestros parientes vivos más cercanos, nos puede decir mucho sobre el comportamiento de los primeros humanos que hoy no somos capaces de ver. Se pueden hacer estudios comparativos. Sabemos que los chimpancés usan herramientas hechas con plantas. Pensamos que los primeros homínidos también las usaban pero: ¿cómo eran?, ¿en qué contextos se usaban? Nunca lo sabremos debido a que las plantas, a diferencia de la piedra, se deterioran y no permanecen. Es probable que, si los chimpancés las usan, también los homínidos las usaran de manera similar. Profundizar en el estudio de este ámbito nos puede aportar mucha más información sobre nuestra evolución como especie, que me imagino que le tiene que interesar a cualquier ser humano.
¿Con qué especies de primates has trabajado? ¿Hay alguna que te haya sorprendido especialmente?
Todas me han sorprendido de alguna manera u otra, ya sea en su habilidad para manipular herramientas o por sus sistemas sociales o comportamientos. Desde los macacos de cola larga en Tailandia y los capuchinos en Brasil usando herramientas de piedra para abrir nueces, los chimpancés en África usando herramientas de plantas para colectar insectos, los tamarinos en Perú, con su crianza cooperativa, hasta los babuinos en África con sus comportamientos sociales maquiavélicos tan interesantes; todas merecen mi curiosidad y atención.
Cuéntanos alguna anécdota que recuerdes especialmente, algo que te haya impactado.
Después de estudiar a los monos babuinos en África durante 6 meses, el ultimo día me pasó algo muy curioso. Me fui al rio a bañar, y no sé cómo, se me acercaron todos los babuinos, supongo que curiosos al ver una mujer blanca en el rio bañándose. En ese momento eran ellos los que me miraban, como si me estuvieran estudiando y vigilando. Creo que de este instante me voy a acordar siempre, fue algo muy especial. Todos los babuinos que estuve estudiando durante los 6 meses ahora me estaban estudiando a mí. Obviamente me reconocieron.
¿En qué estás trabajando actualmente?
Estoy estudiando tres comunidades diferentes de chimpancés, del oeste de Tanzania, que usan herramientas de planta para pescar termitas. Estudio las diferentes especies y partes de plantas que usan para hacer herramientas e intento ver si existen diferencias que podemos atribuir como culturales en cuanto al tipo de herramienta y el material que utilizan. Y es que se necesita de una transmisión social, de un aspecto cultural, para aprender a hacerlas y usarlas. Un chimpancé no nace sabiendo cómo hacer o usar una herramienta, como nosotros no nacemos sabiendo usar una bicicleta por ejemplo, pero aprendemos de nuestros padres. Bueno los chimpancés también, aprenden de sus padres, y este conocimiento se transmite a lo largo de las generaciones. Tienen una cultura de la tecnología de las herramientas. Mis estudios preliminares indican que las diferentes comunidades de chimpancés utilizan diferentes tipos de herramientas y materiales para pescar un mismo tipo de presa, termitas, y estas diferencias parecen no responder a diferencias en el ambiente sino a diferencias culturales entre una comunidad y otra. Si nos fijamos en nosotros, los humanos también nos diferenciamos entre culturas al comer con diferentes materiales un mismo tipo de comida. Por ejemplo, en Japón utilizan chopsticks de madera para comer arroz, mientras que una persona en América come el arroz con tenedor de metal.
Por otro lado, estudio la disposición en el espacio de las herramientas que los chimpancés dejan abandonadas cerca de los nidos de insectos después de su uso. Creo mapas, con la ayuda de arqueólogos, y los comparo con la disposición de herramientas de piedra abandonadas por los primeros homínidos para ver en qué aspectos se parecen o diferencian, y qué nos pueden decir de su comportamiento.
¿Qué objetivos te defines de cara al futuro?
Primero tengo que terminar mi beca de investigación y a partir de eso obviamente que me encantaría seguir con este tema, pero eso ya se verá. También me gusta formar alumnos, la experiencia que tuve con mis estudiantes fue muy buena.
Me gustaría seguir con primate archaeology, porque es algo muy nuevo, y más en herramientas de plantas. Primate archaeology estuvo muy focalizada en herramientas de piedra pero muy poco en herramientas de planta. Yo intento contribuir y llenar este espacio que de momento muy poco sabemos. Hay que pensar que el uso de plantas como herramientas probablemente apareció mucho antes que el uso de herramientas de piedra en los primeros homínidos. Los arqueólogos se centran mucho en las piedras, porque las plantas no se preservan.. Los primeros artefactos de plantas datan de 800.000 anos, mientras que las primeras herramientas de plantas datan de 400.000 anos. La herramienta de piedra más antigua es de hace 3,3MA. Lo que pensamos es que las herramientas de plantas estuvieron desde muchísimo antes que eso, pero probablemente no lo sepamos nunca.. Lo que podemos hacer es recurrir al chimpancé, que es nuestro pariente vivo más cercano, con el que compartimos un ancestro en común entre 4.6 y 6.2 millones de años como modelo referencial. Lo que espero es poder seguir trabajando y ampliando el estudio de herramientas vegetales dentro del paradigma de primate archaeology.•