Por Ana de Viña Díaz, alumna del Máster en Primatología UdG · Promoción 2014-2016
Dr. Marquès-Bonet es el investigador principal del grupo «genómica comparativa» como parte de la Universitat Pompeu Fabra (Instituto de Biologia Evolutiva (CSIC/UPF). Comenzó su propio laboratorio en 2010 después de una beca Marie Curie (2008) en Seattle, de la Universidad de Washington. En 2010 obtuvo una prestigiosa ERC Starting Grant para crear su propio grupo centrado en el análisis de la diversidad genética de los grandes simios. En 2011, fue seleccionado como investigador ICREA en la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y en 2013, fue seleccionado como EMBO joven investigador y es editor asociado de BMC Genomics. Ha participado en todas las reconstrucciones genómicas de grandes simios y homínidos extinguidos así como el genoma del Macaco y el Marmoset. Su trabajo más reconocido hasta el momento se corresponde con el análisis de la diversidad genómica en grandes simios (Prado-Martinez et al. Nature 2013). Hemos tenido el placer de entrevistarlo tras su participación en uno de los Seminarios del Máster en Primatología de la Universitat de Girona.
Tras acabar la carrera de Biología, realizaste un doctorado sobre evolución molecular en los primates y su reordenamiento cromosómico, ¿Por qué decidiste dedicarte un ámbito como el de la Primatología?
Ese es el punto, no lo decidí. Yo estaba trabajando en la empresa privada, cuando salió la oportunidad de enseñar zoología en la universidad, y a la vez, realizar una tesis en genética evolutiva, y me pareció muy interesante; pero yo lo confieso, no sabía sobre especiación cromosómica al principio, y me metí en ello.
¿Crees que es complicado laboralmente este mundo de la Primatología?
Si, mucho. Es duro que tenga que ser así, pero la preservación de especies o el estudio del origen de los humanos, los chimpancés, etc., no es una prioridad; que no sé si debería serlo, pero a día de hoy no lo es, y debido a ello, no hay mucho dinero invertido, y como no hay dinero invertido, hay pocas ofertas de trabajo.
Hay mucho trabajo de voluntariado, pero remunerado poco. Dentro de este ámbito, la genética de los primates aún se mantiene un poco al margen y hay más oportunidades. No es la conservación pura y dura, pero permite extrapolar lo que aprendemos aquí a los humanos, y los humanos siempre conllevan más dinero que no solo estudiar chimpancés… es una salida.
En 2013 publicaste junto con tu equipo un estudio en Nature sobre la diversidad genética y la historia evolutiva de las poblaciones, y ahora en 2015 un Science donde hablabais sobre la endogamia que sufren hoy día los gorilas de montaña en libertad. ¿Esperabais estos resultados?
No, para nada. Lo bueno del proyecto del 2013 es que como era la primera vez. El salto cualitativo era tan grande respecto al conocimiento anterior, que la sensación era un “encontremos lo que encontremos, será el estándar en genética de primates durante mucho tiempo”, porque era la primera vez que podrían verse genomas enteros de primates, con lo cual, era imposible tener una idea previa. Éramos los primeros en este tipo de investigaciones, y para mí esto era una de las motivaciones, ser pioneros.
¿Crees que ésta endogamia ha favorecido a los gorilas de montaña?
En concepto general, no es bueno para ninguna especie tener estos niveles de endogamia. De todas maneras, éste es el primer ejemplo reportado a la comunidad científica, donde una especie se adapta durante muchas generaciones a altos niveles de consanguinidad, y esto ha hecho que se eliminen de la población “variantes deletéreas”, y los individuos que han quedado son consanguíneos pero con menos variantes dañinas; por lo tanto, son individuos más sanos genéticamente, más adaptados.
Las especies de gorilas han sufrido en su historia demográfica de los últimos 200 mil años variaciones, y además sus poblaciones están disminuyendo hoy en día ¿Crees que llegara el momento de la desaparición de la especie?
Si. No soy muy positivo, porque estos individuos viven en África, y en este continente aún no hay el desarrollo que hay en otras regiones. Pero llegará, es cuestión de tiempo que llegue, y en cuanto llegue, obviamente el refugio de gorilas y de chimpancés no será la prioridad, será secundario. Como mucho se quedarán como parques, pero esto es solo cuestión de tiempo que desaparezca, al menos así lo creo.
En el mismo estudio señaláis que el linaje de Pan tenía hace más de 3 millones de años un tamaño de población efectivo y que sufrió un decline drástico, seguido de un aumento, antes de la divergencia de las dos subespecies que conocemos hoy en día ¿Por qué crees que esto pudo ser debido?
No tenemos ninguna hipótesis de porqué el rango poblacional de chimpancés es tan diferente a humanos o gorilas, podemos especular, pero no hay una hipótesis clara de porque hay cambios tan drásticos en poblaciones en estas especies.
También comentáis que habéis podido diferenciar genéticamente dos subespecies de chimpancés que, hasta ahora, habían dado algún que otro problema en cuanto a su clasificación. Tras estos estudios ¿Crees que debería cambiar la taxonomía de los grandes simios?
Creo que no tengo criterios suficientes para poder contestar, o sea, no sé cómo se definió la taxonomía que usamos hoy en día. Hay especies que son muy parecidas genéticamente, pero son sub-especies diferentes sólo por motivos geográficos o ecológicos, como los orangutanes. Sí estoy de acuerdo en una revisión, es decir, que aquellos que en su día realizaron la taxonomía, cojan ahora los datos genéticos y se planteen la genética como un factor más a la hora de definir especies.
¿Por qué crees que es importante conocer la diversidad genética e historia evolutiva de estos grandes simios? ¿Y la de los humanos?
Yo creo que estudiar la dinámica poblacional de los simios en general es bueno para entender a estas especies y para poner una vista evolutiva a lo que nos ha pasado a nosotros. La pregunta es muy sencilla: ¿Lo que nos ha ocurrido a nosotros los humanos es común o no? Parece que es normal, pero tendríamos que mirarlo en otros individuos para saberlo.
Tener conciencia de la diversidad genética o del grado de consanguinidad ayuda directamente a la preservación de la especie. Creo que es interesante para poder entender factores demográficos que explican la variabilidad genética, es decir, un bottle neck reduce la variabilidad, una expansión la incrementa, y estas cosas estudiadas solo en humanos podrían dar resultados sesgados, pero cuando ves fenómenos que se repiten en chimpancés, gorilas, orangutanes, y te dan variantes o explicaciones genéticas parecidas entonces ya no es solo un caso, ya es una ley, y puedes entender mejor como la demografía impacta en las variantes genéticas.
¿Cómo crees que estos estudios ayudan a la conservación de estas especies?
Creo que estos estudios ayudan directamente. No sólo por el número de marcadores genéticos que ahora estamos aportando a la comunidad científica para poder utilizarlos ahora mismo y que no tengan que ser descubiertos. Esto es un salto cuantitativo enorme, ahora ya nadie más tendrá que gastar este dinero, ya estará allí, y esto es una contribución muy grande directa a desarrollar herramientas genómicas para poderlas aplicar a la conservación.
¿Qué queda aún por hacer?
Mucho. Todo. En nuestro estudio nosotros hemos estudiado “solo” los genomas de 60 chimpancés. En la naturaleza hay unos centenares de miles de individuos. A mi lo que me gustaría es empezar a realizar genética de poblaciones como en los humanos, secuenciando miles de individuos. Quizá solo con 60, el resultado está sesgado, yo quiero ver el resultado con todos. Tanto a nivel del número de muestras como a nivel genómico, para entender mejor así estas especies.
Al igual que yo me planteo “¿que nos hace humanos?” y miro las bases moleculares que nos hace humanos, me gustaría plantearme “¿porque un chimpancé es un chimpancé?” y esto nadie se lo plantea, porque no tenemos ni la genómica, ni los materiales, ni el dinero para ello; pero me gustaría plantearme también las bases moleculares de linajes específicos, que ha pasado exclusivamente en gorilas, en chimpancés, orangutanes, y qué ha pasado en humanos para entender mejor como el DNA se traduce en el fenotipo.
¿Qué nos hace humanos?
La respuesta honesta es que no lo sé. Es muy frustrante que después de todos estos años, no solo yo, sino la comunidad científica tengamos solo ejemplos sobre cosas que se expresan en el pulgar o ejemplos así, pero que en general sepamos tan poco.
Según tú, la genética puede ayudar a combatir el tráfico ilegal en chimpancés y otros primates, ¿Podrías explicar cómo?
Si conocemos suficientes marcadores genéticos estratificados por geografía, podremos con muestras de individuos desconocidos, saber de dónde vienen estos los animales. Y esto es esencial para buscar posibles zonas de África que sean puntos calientes de captura y dispersión de animales confiscados ilegalmente y abortar de esta forma el problema.
Como última pregunta para cerrar la entrevista ¿Qué consejo le darías a un futuro primatólogo?
Que se forme, en múltiples campos. En mi opinión, el futuro de cualquier zoólogo, ya puedan ser con insectos o primates, cualquier rama, es ser capaz de integrar la complejidad de estudiar estos animales. Y esto pasa por estudiar, biología, etología, ecología, genética, gestión de recursos, psicología, sociología, es decir, para estudiarlos, no hay suficiente con ir a observarlos al campo, creo que lo que hace falta es transversalidad, y creo que el futuro de estudios serios, ya sea de primates o de cualquier otra especie, estará en gente que sepa moverse por el mundo, que sepa lidiar con política, que sepa ser buen etólogo, buen psicólogo, buen científico y sepa ser buen genético. Por lo tanto, para resumir, formación.