El desarrollo de estrategias de conservación se ha convertido hoy en día en una tarea fundamental para preservar la biodiversidad del planeta en el que vivimos. Sin embargo, estas tareas de conservación se enfrentan en muchas ocasiones con un componente social con el que no contábamos. Debido a este componente social y para desarrollar un buen proyecto de conservación que sea efectivo a largo plazo, un punto crítico pasa por comprender cómo es la coexistencia entre la población local y dicha especie. Dichoenfoque se hace esencial cuando hablamos de grandes simios que viven cerca de poblaciones humanas, como es el caso de algunas poblaciones de chimpancés en África. No se trata solo de estudiar el comportamiento y ecología de estos animales, sino también de comprender cómo las personas que conviven junto a ellos les perciben y qué conocimientos tienen sobre ellos. De hecho, el primer paso para la conservación debería pasar por este primer acercamiento social, haciendo necesaria una visión interdisciplinar y de colaboración entre la ecología y la antropología social.
Las distintas percepciones que las personas tienen sobre los chimpancés varían mucho en función del país y la región, según el tipo de interacciones positivas o negativas que se generen, y en función de la cultura. En aquellas zonas donde los chimpancés viven en proximidad a comunidades agricultoras el daño a cultivos es el principal causante de conflictos. En otras zonas, sin embargo, el parecido de los chimpancés a los humanos genera cierto respeto hacia ellos y la creencia, entre otras cosas, de que no deben ser cazados.
Un grupo de investigadores de 7 instituciones europeas (Universidad de Lisboa, Universidad Nova de Lisboa, Universidad de Oxford Brookes, Centro de Estudios Ambientales y Marinos [CESAM] de Lisboa, Centro de Investigación en Antropología [CRIA] de Lisboa, Grupo de Especialistas de Primates de la IUCN, y la Universidad Técnica de Lisboa) ha llevado a cabo una investigación sobre la proximidad espacial entre chimpancés y humanos y cómo esta proximidad se ve reflejada en la percepción y conocimiento que las personas tienen sobre dicha especie. Este estudio fue realizado al sur del Parque Nacional de Cantanhez (Guinea-Bissau), donde encontramos una gran densidad de chimpancés y donde se suceden encuentros frecuentes. Los datos fueron recogidos mediante encuestas realizadas a los principales grupos étnicos de la zona (Nalu, Balanta, Fula, Mandinga y Susu), con preguntas relacionadas sobre la ecología y el comportamiento de los chimpancés, la existencia de leyes para su protección, y la importancia que esta especie tenía para ellos.
Este estudio muestra que el conocimiento que la población local tiene sobre los chimpancés es mayor en aquellas zonas donde se da un contacto más frecuente, es decir, que la coexistencia y proximidad promueve el conocimiento. Además, el parecido de los chimpancés con los humanos da pie a distintas creencias y leyendas acerca de cómo el chimpancé solía ser humano y pasó a vivir en el bosque, fomentando el uso de juicios morales para juzgar su comportamiento como bueno o malo. Este parecido con las personas puede reducir en ciertas zonas el consumo de su carne, sin embargo y según los autores, no significa que su conservación esté garantizada. De hecho, muchas de las personas entrevistadas suponían que debido a la similitud con los humanos, las necesidades en cuanto a bienestar deberían ser las mismas a las nuestras y, por lo tanto, estarían mejor viviendo en una casa que en la selva. Esta creencia local fomenta la caza de los chimpancés para venderlos o para quedárselos como mascotas.
El chimpancé es además una especie considerada importante sobre todo por su valor como atractivo turístico local, lo cual puede traer consecuencias negativas si estas expectativas no se ven cumplidas. Por esta razón se recomienda evitar relacionar conservación y desarrollo económico, ya que no siempre van ligados. En el caso del uso del turismo como forma de implicar a la población en la conservación, es importante tener en que cuenta que la comunidad debe gestionar no solo los costes, sino también los beneficios de ésta.
En palabras de los autores: “involucrar a toda la población, no solo a aquellas personas con una educación sino también a aquellos más vulnerables, en la toma de decisiones puede servir como herramienta para mejorar la percepción del programa implementado”.
Este estudio pone también de manifiesto que las percepciones que las personas tienen sobre los chimpancés pueden ser a veces contradictorias. Dichas percepciones cambian con nuevas circunstancias, en este caso incorporando elementos como el turismo y la conservación, nuevas percepciones que se han ido construyendo desde finales del siglo XX.
Por ello, y como prosiguen los autores: “la manera en la que conservación y turismo sea implementada y el lugar que la población local ocupe en ello, determinará el lugar que los chimpancés ocuparán en las sociedades locales y el éxito a largo plazo de cualquier iniciativa de conservación o turismo que sea planeada en dicha región”.
Los resultados de esta investigación se dieron a publicar en la revista American Journal of Primatology:
Local Knowledge and Perceptions of Chimpanzees in Cantanhez National Park, Guinea‐Bissau
Joana Sousa, Luís Vicente, Spartaco Gippoliti, Catarina Casanova, Cláudia Sousa
American Journal of Primatology, Volume 76, Issue 2, pages 122-34, February 2014
DOI: 10.1002/ajp.22215